domingo, 5 de junio de 2011

Filosofía en la educación costarricense ¿Para Qué?



* Elsa Siu
* Rocío López
* Tobías Murillo







Preguntarse ¿qué es la filosofía? Tal como el papá de Mafalda lo expresa, es toda una dificultad. Pero no nos malentendamos, tanto para los que creen no haber nunca escuchado de filosofía ni una palabra, como para los filósofos o profesores de filosofía es toda una tarea. Y más aún, preocuparse por esto en la época actual, a muchos les sonará como una  perdida de tiempo.  Sin embargo, por más intentos de escabullirnos de ella, hoy más que nunca, la filosofía tiene una obligación sumamente importante con nuestra sociedad.

La ciencia y la tecnología se establecieron en el umbral de los saberes del siglo XX y siglo XXI, haciendo parecer como “inútil” aquello que no se catapulte como producción económica inmediata. Esta época en la que nos ha tocado vivir,  no le es grata al quehacer filosófico, el cual para muchos peca de profesión romántica, poco práctica y costosa. Pero para borrar este prejuicio y mal entender con el que se puede señalar negativamente a la filosofía, nosotros, los profesores de filosofía de hoy, debemos comenzar por dar la cara  por ella y recalcar su importancia.

Un filósofo francés del siglo XX indicó que:

“Ya hace mucho sabemos que la tarea de la filosofía no consiste en descubrir lo que está oculto, sino en hacer visible lo que, precisamente, es visible, es decir, hacer aparecer lo que es tan próximo, tan inmediato, lo que está tan íntimamente ligado a nosotros mismos, que, por ello, no lo percibimos.” M. Foucault

Existe una idea generalizada de que la filosofía estudia los temas más elevados, más abstractos, más oscuros u ocultos, los más alejados del entendimiento común.  Esta idea que ha sido difundida desde la antigüedad, es la culpable de que, si pudiéramos elegir, escucharíamos a un chiste del Porcionzón antes que la opinión de un filósofo. Y esta reacción es totalmente entendible, pues los mismos que nos dedicamos a la filosofía en secundaria o a nivel de educación superior, no hemos hecho, hasta el día de hoy, nada por cambiar esa idea.  Remontémonos en su origen para comprender la existencia de estos prejuicios. 

La filosofía nace, como una necesidad de explicar el mundo a partir de argumentos racionales con base en elementos naturales sometidos a sus propias leyes, en contraposición de las explicaciones mitológicas. Por esta razón, la filosofía es considerada la primera ciencia, al ser la primera forma de pensamiento en la cual se exige la estructuración de argumentos coherentes y la necesidad de probarlos. Más adelante, la ciencia toma su propio camino y se fortalece como una disciplina independiente. 

Bajo estas circunstancias, la filosofía se consolida como una disciplina generadora de conocimiento. Como un árbol, que sostenido gracias a su tronco, es capaz de producir una serie de ramas con sus respectivas hojas. Así la filosofía es un tronco resistente que representa, no solo el origen y el fundamento de las otras disciplinas, sino que les brinda equilibrio en sus respectivos quehaceres, al considerar en sus ramas la lógica, la ética, la política, la teoría del conocimiento, la antropología y la metafísica. Las otras disciplinas utilizan los métodos filosóficos y sus teorías para producir conocimiento, en ese sentido, el análisis filosófico les permite diseñar preguntas pertinentes y hace posible que sus estudios e interpretaciones identifiquen todas las posibles respuestas ejercitando la mente a ir más allá de lo visible.

La filosofía, a pesar de tener 25 siglos de existencia, se mantiene a través de la historia cumpliendo con las tareas que cada época le asigna, de esta forma se dice que la historia de la filosofía coincide con la historia universal, pues sistematiza y analiza los acontecimientos según cada contexto bajo el lenguaje filosófico, permitiendo rescatar lo más relevante de cada época y preparando el camino de la siguiente. Por esta razón, es tan compleja la pretensión de definir el concepto de filosofía, pues a diferencia de otras disciplinas, no posee un objeto de estudio específico, sino que representa un método de análisis que se ajusta a las diferentes circunstancias, y que se convierte en una forma de vida para todo aquél que desee incorporarlo. Por tanto, al no tener un objeto de estudio específico, su comprensión se aleja de la mayoría, y se concentra en algunos pocos, limitando todo el potencial social y cultural que la filosofía puede ofrecer. 

La filosofía representa esa herramienta que podemos aplicar en circunstancias cotidianas, y a la vez en asuntos más complejos como la interpretación de alguna teoría específica. Por tanto, su importancia radica en esa capacidad de ser sistemática y universal, es decir, que nos permite generarnos ideas claras de las diferentes situaciones, pues abarca la mayor cantidad de elementos, a la vez que estos puedan ser integrados de tal manera que las interpretaciones que surjan sean coherentes y lógicas. De esta manera obtendremos un mejor análisis. 
La filosofía es, por tanto, más práctica de lo que podamos imaginarnos.  Veamos esto desde las distintas áreas filosóficas: ética, política, metafísica, lógica, epistemología, antropología y estética. Si afirmamos que “el ser costarricense es pacífico”, estamos hablando de METAFÍSICA. Cuando les solicitamos a los políticos, que no nos salgan con habladurías sino con argumentos y razones, les estamos solicitando un empleo de la LÓGICA. En el caso de que, vinculemos a un joven latino, específicamente centroamericano, tatuado, rapado y en pandilla con las “maras”, estamos visualizando una temática propia de la ESTÉTICA.  Cuando aplico en una ecuación el principio matemático de “infinito”, pero sé que no tengo acceso a conocer “infinitamente”, estoy hablando en términos de la EPISTEMOLOGÍA.  Asimismo, si alguna vez nos preguntamos: ¿los pobres nacen o se producen?, estamos necesariamente haciendo filosofía POLÍTICA o SOCIAL. Y si alguno afirma que existen elementos de peso para restarle importancia a este escrito, por tratarse acerca de la problemática de los profesionales de filosofía, estarían aproximándose a caracteres propios de la ÉTICA.

 Por ello, constantemente muchas de nuestras preguntas esenciales son filosóficas, pero no contamos con el bagaje propio de la disciplina, para darnos cuenta que estamos planteando una cuestión filosófica y tampoco para reforzarla teóricamente o darle mayor contenido. Reconociendo que el único acceso que se tiene a la filosofía durante la vida de la mayoría de la población costarricense, es lo recibido en la educación secundaria, entendemos la importancia que tienen estas escasas tres lecciones semanales para la realización personal y el mejoramiento en cuanto al desarrollo del pensamiento de los costarricenses. Cabe agregar que, tal como lo había señalado el filósofo holandés, Baruch de Spinoza, si nuestro pensamiento es adecuado nuestras acciones también lo son, y por el contrario, pensamientos carentes de conocimientos conllevan a acciones inadecuadas .

Recordemos que no fue sino hasta mediados del siglo XVIII, que las ciencias comienzan a separarse de la filosofía. Antes de ello, la sociología, la psicología, la política, la economía, biología, física, matemática, astronomía, eran filosofía.  De modo que, ésta disciplina es la base de cualquier ley, postura económica, decisión política, tendencia artística, etc. Es la herramienta única e indispensable que va de la mano con la ciencia. Puesto que, nos da la capacidad de reflexionar, de reinventar, de mirar hacia atrás y hacia adelante. Es la única que da la posibilidad de pensar las cosas de modo distinto o develar lo que realmente son: ¡SIN LA FILOSOFÍA NO HAY REFLEXIÓN NI AUTOCRÍTICA!

· La filosofía en el currículum escolar costarricense

De ningún modo es gratuito que en la Ley Fundamental de Educación, Capítulo I, artículo 2, inciso e, establezca como un fin de la educación costarricense el siguiente:

Conservar y ampliar la herencia cultural, impartiendo conocimientos sobre la historia del hombre, las grandes obras de la literatura y los conceptos filosóficos fundamentales.”  

No obstante, la filosofía se incluyó en el currículo escolar en una época en la cual en Costa Rica no se preparaban profesionales en esta especialidad a nivel superior. En la actualidad se forma, en la Escuela de filosofía más importante del área centroamericana, en la Universidad de Costa Rica,  tanto a profesionales en filosofía pura como en enseñanza de la filosofía (en vínculo con la Escuela de Formación Docente) y desde hace unos pocos años, se gradúan Licenciados en Enseñanza de la Filosofía en la Universidad Nacional. Pero en un inicio, cuando se incluye filosofía en la educación secundaria, los profesores especializados eran muy pocos.

Ahora bien, en  cuanto a la formación de profesionales especializados, en 1969 se abre el Bachillerato en Filosofía con formación didáctica para la Enseñanza Media en la Universidad de Costa Rica. Y  entre los años de 1981-1983 se gradúan 7 de las 20 personas empadronadas en dicho plan. De manera que podemos ubicar que a partir de 1980, comienza la formación de docentes especializados en el área. Al día de hoy, desconocemos el número total de graduados en la carrera, pero sabemos que el número de compañeros ha crecido significativamente. Si generaciones pasadas las integraban de 6 a 7 estudiantes, hoy podemos hablar de una de quince que está por egresarse. Y másalarmante aún, un empadronamiento actual de 108 estudiantes sólo de la carrera de Enseñanza de la Filosofía en la Universidad de Costa Rica.

Filosofía, como la conocemos hoy, como materia obligatoria dentro del MEP, se introduce formalmente dentro de la educación diversificada como MATERIA ACADÉMICA. Actualmente la materia se la evalúa también como tal, según lo establece el Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes del MEP (decreto ejecutivo Nº 31635 MEP, 2004). Pero, en la práctica se piensa que es una materia “especial” por ser la única del grupo al que pertenece, en no realizar prueba nacional de bachillerato. Y no es que las materias llamadas “especiales” deban tratarse con menos importancia que las “académicas”, pero el caso particular de filosofía es que siendo académica, no se la trata como tal, y al no ser especial, tampoco se la incluye en las distintas reformas que actualmente el MEP está realizando (Proyecto Ética, Estética y Ciudadanía).

Si bien desde el siglo XIX se había dado un interés por fortalecer y normalizar la filosofía como asignatura regular en el Ministerio de Educación Pública, sumado a los esfuerzos de los intelectuales de la época por crear un plan de estudios que formara profesionales capacitados para tales efectos y por crear el material didáctico que orientara la labor, en la presente década –si no es que desde la década anterior-, ha mermado el interés por fortalecerla. Por el contrario, ha quedado en total abandono, por no decir olvido. Así lo reconoce el Dr. Álvaro Carvajal Villaplana, director del Posgrado en Filosofía de la Universidad de Costa Rica, en su investigación del año 2007:

“El panorama sombrío de la enseñanza de la filosofía contrasta con la supuesta importancia que se atribuye a la filosofía en la historia de la educación costarricense como orientadora de los fines de la educación o cuando se la consideraba como valiosa para la formación de los estudiantes. Sin embargo, en la práctica tal importancia no se traduce en acciones efectivas que den un lugar significativo a la enseñanza de la filosofía. Por otra parte, si bien es cierto que en el transcurso histórico de la enseñanza de la filosofía ha existido la preocupación por parte de una serie de personas e instituciones en promover la incorporación de la filosofía como parte de la formación general y humanística del estudiantado, no siempre dicho propósito se realiza de manera efectiva y no todo el tiempo contó con el beneplácito de todos los sectores de la sociedad.”
· Problemática actual de los profesores de filosofía en secundaria 
La desaparición de la filosofía dentro de las aulas significa también la muerte de ella de la vida cultural y social de cualquier nación. Ante esta amenaza, es válida la afirmación que asegura que la existencia de la filosofía en la sociedad está en peligro. Esto sucede, paradójicamente, ante los graves problemas y desafíos actuales de la humanidad, tanto de orden económico, político, social y cultural, cuanto ecológico. Creo que podríamos concordar todos, que la filosofía es, por lo tanto,  más necesaria hoy que nunca.

La conciencia preclara de Saramago es enfática en reafirmar la urgencia de la reflexión filosófica dentro de los contextos de lucha política actuales y es claro en  afirmar el suicidio al que se expone cualquier país al anular de su estructura social, los espacios de análisis y reflexión, como los que ocupa la filosofía en secundaria. Así dice Saramago:  
“Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte".

La idea de Saramago es consecuente con la imagen que tenía Platón sobre la sociedad según la cual, un país gobernado al margen de la filosofía, está condenado a formar soldados o simples trabajadores sin criterios morales ni racionales (lo que en nuestro contexto vendría a ser la mano de obra barata). En este caso, ambas posiciones coinciden con la declaratoria que quedó plasmada en la reunión regional de alto nivel sobre la enseñanza de la filosofía en América Latina y el Caribe, organizada por la UNESCO en el 2007 en República Dominicana. En el documento redactado, quedan plasmadas algunas funciones que cumple hoy en día la enseñanza de la filosofía a nivel social y cultural de cualquier nación. Así dice la declaratoria:

· Hacemos hincapié en que la enseñanza de la filosofía estimula la apertura mental, la responsabilidad civil, el entendimiento y la tolerancia.
· Insistimos en que la educación filosófica, al inducir a la independencia de criterio, la reflexión, la capacidad de resistir a las diversas formas de propaganda, de fanatismo, de exclusión y de intolerancia, contribuye a la paz y prepara a todas las personas a asumir sus responsabilidades ante las grandes cuestiones del mundo contemporáneo.
· Confirmamos que el fomento del debate filosófico en la educación y la vida cultural constituye una aportación primordial a la formación de los ciudadanos al poner en ejercicio su capacidad de juicio, que es fundamental en toda democracia.

Queda claro que la enseñanza de la filosofía promueve el desarrollo de una formación personal que tiene como resultado la constitución de ciudadanos con un pensamiento crítico, autónomo y reflexivo. Este primer contacto, y por desgracia, casi único, de los jóvenes con el quehacer filosófico, los hace más conscientes de sí mismos y del mundo en que viven, permitiéndoles una verdadera educación en valores frente a la corrupción, la desigualdad extrema, la venalidad política, la discriminación y la ignorancia, entre otras.

Ahora bien, la pregunta que salta a la vista es: ¿por qué ante tantas ventajas, la filosofía, lejos de verse reforzada, tiende cada vez más a su desaparición? Aparte, ¿Quiénes son, ante esta panorámica, los que desisten de la necesidad del fortalecimiento de la filosofía en secundaria, e inclusive abogan por su eliminación progresiva? Las preguntas, a nuestro parecer, tienen dos posibles respuestas: en el mejor de los casos, la responsabilidad podríamos achacársela a un grupo de tecnócratas despistados, que por ignorancia, excesos burocráticos, o falta de presión de algún grupo organizado (Universidades, sindicatos, colegio profesional o un conjunto de profesores), no le han dado vigencia, ni atención a los problemas que aquejan a la filosofía en secundaria. En el otro caso, nos estaríamos enfrentando a un problema de índole estructural con otra clase de tecnócratas, que conscientes de la amenaza que representa nuestra disciplina a ciertos intereses económicos y políticos,  han puesto en marcha cambios a nivel de planificación curricular, que atentan contra nuestra disciplina. Nos es raro, por lo tanto, ver en la última década, una proliferación de colegios técnicos y bilingües que ha llevado al mismo tiempo, a la desaparición progresiva de la filosofía de la oferta académica nacional. El mejor ejemplo lo podemos encontrar en la propuesta de una educación por competencias, ya consolidada en México y otros países de Latinoamérica. Y hoy, con un gran auge en nuestro país.
 Esta propuesta pretende incorporar de lleno a la empresa privada en la planificación curricular y metodológica de los colegios. Desde esta perspectiva liberal, es muy lógico pensar que la filosofía y las humanidades en general, han dejado de ser una inversión “positiva” y “productiva” para el estado. En términos liberales y económicos la filosofía se presenta ahora, como un gasto para los administradores estatales y una pérdida de tiempo para el estudiante.

El caso español es un buen ejemplo de lo que nos espera a mediano o a largo plazo, con este tipo de ajustes curriculares. En ese país, la filosofía ha quedado reducida a un curso de ética, con una asignación de una hora por semana. Las repercusiones han sido inmediatas en el plano económico de los profesores, así como en la formación pedagógica de los estudiantes. En nuestro país, la educación por competencia ya se implementó de lleno en colegios técnicos, y sospechamos que a mediano o largo plazo, esto se convertirá en una tendencia estructural de nuestro sistema educativo.

Otro de los rasgos sintomáticos de este olvido al que nos hemos venido refiriendo, está asociado a la ausencia de un asesor nacional de filosofía dentro del MEP. Los únicos registros con  que contamos de alguien que haya ocupado ese puesto,  son de 1968 y 1997, casi treinta años de diferencia entre uno y otro. En el último caso, quién ocupo el cargo fue el profesor Francisco Valverde. El trabajo que desempeñó durante el tiempo que estuvo al frente, no tenía  remuneración económica. La labor se desarrolló completamente ad honorem, teniendo que combinarla con el trabajo en el colegio y las labores administrativas en otras áreas, condición que lo obligó posteriormente a renunciar.

La ausencia de esa representación ha tenido efectos prácticos considerables, tanto a nivel económico, como pedagógico. El ejemplo más reciente está en el Programa de ética, estética y ciudadanía, que se está implementando actualmente en el M.E.P. En este plan, paradójicamente, a pesar de su título, lo que menos tiene son especialistas en estética y ética. Para los asesoramientos se tomaron en cuenta a la mayoría de las materias especiales con la excepción de filosofía.

En ausencia de representante o interesados, también se permitió que las lecciones de ética en los colegios técnicos, se las asignaran profesores de otras disciplinas, quedando tan solo para nosotros la opción de ser aspirantes para impartir dichas lecciones.

La situación laboral de quienes estudiamos enseñanza de la filosofía no es más esperanzadora. La idea entre directores y el servicio civil de que no hay suficientes especialistas en nuestra área, y que por lo tanto los nombramientos por inopia son necesarios para cubrir la demanda de lecciones, han hecho que la filosofía en secundaria esté en manos de todos, menos en la de los que estudiamos filosofía. Según un dato extra oficial de la Universidad de Costa Rica, más de un 60% de los educadores que actualmente imparten filosofía en los colegios académicos son de otras disciplinas, mientras que los profesionales en la enseñanza de la filosofía nos encontramos sin trabajo. Tiene que quedar en claro para la comunidad educativa de nuestro país que si los educadores en filosofía no tenemos trabajo suficiente, o definitivamente no lo tenemos, no es porque dicho trabajo no exista. Lo hay y en demasía. Sino porque hemos dejado que otras personas se apropien de él.

  El bachillerato internacional es quizás el ejemplo más reciente de otro espacio laboral que perdimos.  En esta modalidad se imparte la materia de epistemología, misma que es inherente al currículo de filosofía. No obstante, quienes la imparten son profesores que no tienen formación alguna en esta disciplina ya que el criterio para nombrar en este caso es potestad del director.

Para los que nos dedicamos a estudiar enseñanza de la filosofía durante cuatro años o más en una universidad, nos parece indignante que sea “cualquiera” quien pueda ejercer en el campo de la educación y la filosofía. Lo decimos porque esto no sucede en otras disciplinas. No cualquiera puede dar lecciones de matemática, de estudios sociales o cualquier otra disciplina, así como no cualquiera puede recetar una medicina. ¿Por qué pensar que lo contrario sí es aceptable con la filosofía?

Es la condición indignante de muchos educadores en filosofía que no tienen ni un mínimo aceptable de lecciones, o definitivamente no tienen trabajo, y en vista de la próxima graduación de quince estudiantes en esta carrera, además de 108 empadronados actualmente en la UCR, sin contar a la UNA, lo que nos hace pensar que es ingenua, y no quiero pensar que  malintencionada, la idea de que se necesiten docentes de otras disciplinas para impartir filosofía en los colegios. Con un poco de organización administrativa y voluntad política, podríamos trabajar los docentes en la enseñanza de la filosofía acaparando todo el trabajo con estabilidad y orden.

Necesitamos, por lo tanto, reapropiarnos de los espacios que hemos perdido; reclamar como propias las lecciones de ética en los colegios donde esta se imparte. Exigir al bachillerato internacional que clarifique el perfil de educador que ellos pretenden. Reclamar el programa de filosofía para niños como parte inherente al currículo en enseñanza de la filosofía, reclamar como propias las  lecciones de ética. Exigir al ministerio la incorporación de un Asesor Nacional en nuestra modalidad. Reestructurar el programa de quinto año. Acciones todas que ameritan una organización y un compromiso por parte de las instituciones pertinentes y los profesores especialistas en la enseñanza de la filosofía.

Unimos todo lo anterior a las exigencias que quedaron plasmadas en la declaratoria de París a favor de la filosofía, y que sintetizan algunas de las ideas aquí expuestas. Así reza la declaratoria:
· Todo individuo debe tener derecho a dedicarse al libre estudio de la filosofía bajo cualquier forma y en cualquier lugar del mundo;
· La enseñanza de la filosofía debe mantenerse o ampliarse donde ya existe, implantarse donde aún no existe y ser nombrada explícitamente con la palabra “filosofía”;
· La enseñanza de la filosofía debería ser impartida por profesores cualificados e instruidos  específicamente a tal efecto y no estar supeditada a consideración económica, técnica, religiosa, política o ideológica alguna;
·  Aun manteniendo su autonomía, la enseñanza de la filosofía debería vincularse en la medida de lo posible a la formación académica o profesional en todos los campos.

Por  tanto:
Creemos que el conocimiento, compromiso y la credibilidad que tiene la APSE ante los educadores y el magisterio la convierte en la herramienta y vía fundamental para la lucha de los educadores en la enseñanza de la filosofía, por lo tanto hemos elaborado algunas solicitudes en las que creemos que la organización puede ser de mucha ayuda para nuestra causa:
 · Solicitamos que se coloque un Asesor Nacional permanente para la asignatura de filosofía. El cual posea el título universitario de  enseñanza de la filosofía y  que no esté sujeto a condiciones económicas, políticas, ni mucho menos religiosas.
· Solicitamos que se incorporen de lleno asesores regionales en aquellos lugares donde se cumplan los requisitos para tal efecto, respetando el perfil profesional para sus nombramientos.
· Solicitamos ante el M.E.P y el Servicio Civil que las lecciones de filosofía se asignen a los profesores con grado en el bachillerato de la enseñanza de la filosofía y no a personas sin la formación para tal efecto en caso de que existieran oferentes.
· Exigimos al Servicio Civil que se esclarezca por qué no se dieron en propiedad todas las lecciones de filosofía (solo hubo siete personas que ganaron propiedad).
· Solicitamos que se informe a los colegios que los nombramientos por inopia en filosofía son injustificables en el gran área metropolitana. Además que todos los directores deben estar obligados a consultar el registro de oferentes del Servicio Civil o de la Asociación Nacional de profesores de Filosofía en Secundaria. En caso de que aún persista la inopia, ésta deba ser pública para informar a posibles oferentes.
· Solicitar ante el Servicio Civil y el M.E.P la asignación de las lecciones de lógica a los profesores de filosofía, en virtud de que estas lecciones actualmente son asignadas a los profesores de español, a sabiendas de que hay reticencia de su parte y poca o ninguna formación en esta área por parte de ellos.
·  Considerar también a los profesores de filosofía para impartir los cursos que tengan por nombre ética, que se impartan en cualquier institución pública, ya sea de índole técnica, nocturna o académica o bilingüe.
· Solicitar ante las autoridades del servicio civil que se aclare la situación legal ante el Ministerio de los seminaristas, sacerdotes, monjas, profesores de religión y psicólogos, en vista de la apropiación, por parte de ellos, de las lecciones de filosofía en secundaria. En  caso de comprobar anomalías o inconsistencias en su formación, que el Servicio Civil delimite su categoría profesional.
·  Solicitar ante el MEP el fortalecimiento de la enseñanza de la filosofía en la educación secundaria de Costa Rica y exigir a que esta se mantenga y amplié donde ya existe, implantarse donde aún no existe y ser nombrada explícitamente con la palabra FILOSOFÍA en los espacios donde esta se utilice.
· Solicitar a la Viceministra Académica del MEP la actualización del Programa de Filosofía para Educación Diversificada con supervisión de un grupo multidisciplinar que tome en consideración a profesores y a las Universidades públicas que lo imparten (UCR y UNA) para adecuarlo a las necesidades educativas y existenciales de los estudiantes y a la actualidad educativa del país.
· Promover, mediante una solicitud al MEP, la creación de un libro de texto o manual didáctico acorde con el Programa de filosofía, creado por especialistas en la metodología de la enseñanza de la filosofía y con profesores dedicados y graduados a la enseñanza de la filosofía.
· Exigir al  MEP un programa de capacitaciones que incluya seminarios y un congreso Nacional anual auspiciado por la UCR, UNA y APSE, junto con un programa sistemático de formación permanente para profesores de filosofía.
Solicitar a la comisión BITICO (Bachillerato internacional para Costa Rica) así como al señor Leonardo Garnier Rímolo que el curso de teoría del conocimiento o epistemología que se imparte en dicho sistema en los niveles de decimo y undécimo sea asignado a profesores con especialidad en la enseñanza de la filosofía, o en su defecto, que se· elimine el nombre de epistemología del todo en este programa y se clarifique el perfil de educador que se requiere.
· Solicitar ante el Servicio Civil que se derogue la potestad de los directores de nombrar en aquellas vacantes igual o inferior a 15 lecciones, ya que esto permite favoritismos y nombramientos por inopia, habiendo personas capacitadas para impartir dichas lecciones.
· Exigir ante el MEP que se clarifique la función de la filosofía y los educadores en la enseñanza de la filosofía dentro del programa Ética, estética y ciudadanía que se implementa actualmente en la educación secundaria. En caso de declararse la pertinencia de estos, exigir su incorporación y capacitación inmediata dentro del programa.
· Solicitar a la APSE que nos brinde asesoramiento legal para tratar los problemas laborales de los educadores en la enseñanza de la filosofía,  específicamente con la lic. Ileana Vega Montero, para facilitar los contactos a nivel de las autoridades ministeriales, despachos de las viceministras o cualquier otro despacho que tenga que ver con el problema
· Solicitar a la APSE el apoyo económico y legal para la conformación de la Asociación Nacional de Profesores de Filosofía en Secundaria.
· Solicitar que la APSE colabore con la divulgación y la promoción de la importancia de la enseñanza de la filosofía en Costa Rica mediante la publicación de artículos y la conformación de espacios de discusión para tal efecto.
 Solicitar por vía de la APSE, una audiencia con el señor ministro de educación, Leonardo Garnier Rimolo, con el fin de plantear desde los grupos en cuestión (COLYPRO, UCR, UNA, APSE, educadores de la enseñanza de la filosofía) la problemática y acordar las posibles soluciones.
  

1 comentario:

  1. Nueve años después, sigue siendo urgente un pensamiento que lidere a nuestro país,dejando de lado la gran división social que enfrentamos y que deja grandes estragos.
    Como estudiantes de secundaria,espero se haya resulto las exigencias tan necesarias en la filsofía.

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